"Se ha ido en paz, sin sufrir”, dicen los padres de Andrea

Antonio Lago y Estela Ordóñez, padres de Andrea, a la salida del hospital.
NOTICIAS DE GIPUZKOA (2015-10-10)
Los padres de Andrea, la niña de 12 años con una enfermedad rara e irreversible para la que la familia solicitó una muerte digna, señalaron que su hija, fallecida ayer al mediodía, “se ha ido en paz y con tranquilidad, sin sufrir”, y que su recuerdo “vivirá para siempre” en sus corazones. Estela Ordóñez y Antonio Lago hicieron público a través de su abogado, Sergio Campos, un comunicado en el que aseguraban que el desenlace de la niña comenzó el 9 de junio, cuando ingresó de urgencia en el Complejo Hospitalario de Santiago (CHUS).

Agradecieron el apoyo de quienes “en estos días tan difíciles” han estado a su lado, porque de lo contrario “este final hubiera sido, sin duda, aún más duro”. Entre sus agradecimientos, citaron a medios de comunicación, al juzgado de familia, al Instituto de Medicina Legal de Galicia, la Fiscalía y al personal del hospital, así como a diferentes asociaciones. “A todos vosotros nuestra más sincera gratitud”, dijeron los padres de Andrea, quienes pidieron despedirse de su hija “en familia”, y que “este último adiós” se realice en la más estricta intimidad. Andrea falleció transcurridos cuatro días desde que se le retiró la alimentación artificial y el equipo médico empezó a sedarla.


El caso de Andrea lo dieron a conocer sus padres el miércoles 30 de septiembre ante las desavenencias que mantenían con el equipo de pediatría que la atendía y que rechazaba retirarle la alimentación artificial. Finalmente, la familia de la pequeña recurrió a los juzgados y, el pasado lunes, el equipo médico accedió a retirarle el soporte vital mediante el que era alimentada y procedió a sedarla, al detectar que su estado había empeorado.

DISCUTIDO PLAN TERAPÉUTICO Previamente, la familia había decidido hacer público su caso después de que un informe del comité de ética asistencial del 14 de septiembre amparase su postura y recomendase retirar a Andrea la medida de soporte vital que era cuestionada y aconsejase la sedación paliativa.

La gerencia del CHUS obvió ese informe, que no es vinculante, y se amparaba en que el plan terapéutico de la pequeña había sido autorizado por resolución judicial en julio. Preguntado ayer sobre el desenlace del caso, el gerente del CHUS, Luis Verde, advirtió de que este ha sido “un episodio difícil” para los padres de la niña, por lo que es necesario ser “respetuoso” con su situación.
Andrea padecía “una enfermedad neurológica crónica irreversible, probablemente un Síndrome de Aicardi-Goutières, que ocasiona grave afectación funcional. Comenzó a mostrar síntomas de su enfermedad a los ocho meses de vida, de forma que no caminaba, ni utilizaba los miembros, ni tenía comunicación verbal. Sin embargo, antes de su ingreso en el hospital, el pasado mes de junio, presentaba cierta comunicación visual y gestual que permitía a sus padres reconocer sus estados de ánimo, gustos o necesidades, pero desde el ingreso empeoró y desde hacía semanas “no expresaba signos de alegría”.

“No pedimos que adelanten su muerte, sino que no la alarguen”, “no quiero la eutanasia, quiero que no muera con dolor” o “si parar la alimentación causa sufrimiento por hambre, hay que evitarlo con analgesia o sedación”, son algunas de las frases de los padres. -Europa Press/Efe