"Esperamos a los clientes con los brazos abiertos”

Aitor Olabide, Ander Urbieta, Izaskun Zinkunegi, Joseba Herencia y Arantxa Atxurra
NOTICIAS DE GIPUZKOA (2015-10-06)
El establecimiento huele a pintura reciente y plástico de embalar, pero mucho más fuerte aún es la ilusión que despierta el novedoso proyecto. “Estaremos listos para el jueves de la semana que viene, todo estará preparado sí o sí”, dice una veterana trabajadora de Eroski que rehuye de todo protagonismo. “Hablad con ellos, que son quienes van a hacer posible todo esto”, señala la mujer en dirección al grupo, donde Arantxa Atxurra, de 47 años, descuelga una sonrisa, entre electricistas que apuntalan la instalación y baldas que van dejando de estar vacías.

“Somos las primeras, vamos a ser pioneras en este supermercado”, dice la mujer. “Y esperamos a los clientes con los brazos abiertos”, remata el resto.

Quedan nueve días para que Eroski y el grupo Gureak abran en Azpeitia el primer supermercado del Estado gestionado íntegramente por personal con algún tipo de discapacidad. A orillas del río Urola y bajo el macizo de Izarraitz, el lugar pasaría más bien desapercibido si no fuera por la pintura que tiñe de rojo la fachada en la trasera del número 2 de Arana kalea, donde la nueva actividad comercial, aún sin arrancar, ya despierta cierta expectación entre los vecinos del municipio.


Algún que otro curioso asomaba ayer la cabeza a la entrada, donde una decena de trabajadores se entregan estos días en cuerpo y alma para que todo funcione a la perfección. Se conocieron durante el curso teórico al que siguieron las clases prácticas en otros supermercados de la cadena, pero ayer fue el primer día en el que todos coincidieron, con palés que iban y venían

UN EQUIPO BIEN DIRIGIDO Izaskun Zinkunegi, de 48 años, será la responsable de dirigir el equipo a partir de ahora. De alguna manera, la tienda va a llevar el sello que sepa imprimirle ella, y bastan unos minutos de charla para advertir sus dotes comunicativas. “Oye, pero yo de jefa nada, ¿eeeh?”, suelta buscando la complicidad del resto. Da la sensación de que Zinkunegi no tardará en ganarse a la clientela, porque lo que es su equipo ya lo tiene en el bolsillo. “Hablaremos cuando surjan problemas, y si hay que explicar las cosas mil veces, pues lo haremos. Las veces que haga falta, que yo aquí también estoy de prácticas”, expone con firmeza. En su mano está llevar las riendas del equipo, gestionar los pedidos y mantener el contacto con los clientes.

Pero no todo girará en torno a ella. Quizá sea hora de presentar al resto. Al menos, que los clientes sepan que al entrar al supermercado, a mano derecha van a encontrar doce tipos de pan y siete referencias de bollería. Serán obra de Joseba Herencia, de 53 años, padre de dos hijas ya crecidas, de 20 y 24 años, que se muestran tan ilusionadas como él con el nuevo trabajo. “Me dicen que lo haga lo mejor posible”.

Jamás había trabajado en este sector, pero durante el proceso de formación se ha revelado como un diestro cocinero y repostero de primera. Todo ello, a pesar de su incorregible modestia. “No sé si le he cogido bien el truquillo...”, camina por uno de los pasillos ante el respingo de sus compañeras. “¡Hay que valorarse más, Joseba! ¿Pero cómo puedes decir eso? ¿Acaso no has estado a punto de quedarte en la empresa donde te han formado por lo bien que lo estabas haciendo?”.

El hombre, que hasta ahora se había dedicado a labores de limpieza, se encoge de hombros y asiente pudoroso. “Bueno, sí, quizá no se me dé del todo mal”, concede. Recuerden, entrando en el supermercado a mano derecha.

PERSONAS VALIOSAS Tras dejarse seducir por el aroma de la bollería de Joseba, y al pasar por caja, los clientes tendrán ocasión de conocer a Uxuri Aizpurua y Mabel Martin, de 37 y 28 años, respectivamente. “Trabajé en hostelería y tengo cierta experiencia tras pasar por el bar de las piscinas de Bergara. Me gusta el trabajo de cara al público, aunque en la hostelería las condiciones siempre son más exigentes porque hay que trabajar los fines de semana. Ahora por lo menos vamos a poder ganar en horario”, dice convencida esta vecina de Azpeitia, que no deja de reír ante las ocurrencias de Ander Urbieta, de 29 años.

No parece este mocetón del todo cómodo con el peto rojo que le han puesto para la ocasión. “Esta foto la cuelgo pero ya mismo enFacebook. El otro día me fotografié con la camisa de Eroski y ya tengo 160 personas que le han dado a me gusta”.

Urbieta será uno de los encargados de que las baldas estén siempre repletas y nada falte en el establecimiento. “Me encuentro muy a gusto. Los primeros días sí que estuve un poco nervioso, pero en la medida que le coges el truco al trabajo te vas tranquilizando poco a poco”.

Dos productos por balda. Lo sabe bien Urbieta, como Arantxa Atxurra y Aitor Olabide, de 38 años. “Afronto este trabajo con mucha ilusión. Soy de este pueblo, por aquí mismo jugaba de pequeño y mira ahora, de reponedor”, decía Olabide mientras colocaba en su sitio unas botellas de aceite.

Todos están con ganas de empezar. Asegura Aizpurua que, en su nuevo cometido, no solo se trata de cobrar, sino que hay un montón de pequeñas gestiones en el día a día a las que hay que saber dar respuesta, como cargar con diligencia los teléfonos móviles de los clientes cuando así se lo soliciten, o gestionar las devoluciones de productos.

Compartirá tarea con Martin. “A mí al menos los vecinos me están preguntando mucho sobre el nuevo establecimiento”, confiesa esta vecina de Azkoitia que hasta ahora había trabajado en Osakidetza haciendo sustituciones. “Lo mejor de este nuevo trabajo es que vamos a poder llevar un día a día más ordenado, con una rutina -sospecha- que nos va a aportar mayor calidad de vida”.

GANAR AUTONOMÍA Un proceso de selección interno de Gureak ha permitido dar con un equipo en el que todos son importantes en la medida en que asumen un trabajo compartido. Durante estos días previos a la apertura, empleados de Eroski están colaborando con la puesta a punto, pero ellos tienen ganas de volar en solitario. “Queremos abrir la tienda ya. Queremos empezar y tener nuestra propia autonomía. Cuanto antes comencemos, mejor. Estamos nerviosas y nerviosos, pero aquí estaremos para que nos conozcan y vean lo estupendas que somos”, dice Zinkunegi.

La apertura de este supermercado es “un proyecto de innovación social” que busca “abrir nuevas oportunidades para la inclusión laboral de personas con discapacidad” y hacer visible “la diversidad de capacidades a través del contacto directo con el público”. Un contacto que será posible a partir de las 9.00 horas del próximo jueves día 15.