NOTICIAS DE GIPUZKOA (2015-07-12)
¿Cómo vivió la experiencia de ser entrenador de Aritz Aranburu y haber conseguido que llegara a
-El proyecto era muy ambicioso y
lo veíamos como algo imposible. Era un proyecto a largo plazo, pero a base de
poner objetivos a corto plazo, íbamos consiguiendo cosas e íbamos viendo que
era cada vez más posible. El trabajo fue muy grande y duro, los dos invertimos
mucho tiempo, pero al mismo tiempo, teníamos fuerzas porque si lo conseguíamos,
iba a ser la primera vez que un surfista de nuestro país llegara a la Liga WCT , y todavía es el
día que nadie más lo ha vuelto a conseguir, no ha salido ningún otro Aritz
Aranburu. Los dos fuimos muy tozudos, y sobre todo, los dos íbamos en el mismo
sentido. Pero cuando un camino es difícil y llegas al final la alegría es
brutal. Yo como entrenador conseguí lo que nadie antes había conseguido en el
país, y poca gente en Europa. Como profesional fue algo increíble, y en lo
personal también, fue algo semejante al nacimiento de mi hija.
A pesar de pasar
momento difíciles y perder la visión sigue trabajando como entrenador. ¿Ha
notado limitaciones?
-Si, claro. Cuando
me quedé ciego estaba entrenando a unos chavales. Pensaron que no les podía
aportar nada más y dejaron de entrenar conmigo. Cuando pasó un tiempo, empecé a
pensar que podría volver a entrenar con un nuevo sistema. El sistema consiste
en grabar a los alumnos, para ver fotograma a fotograma cómo hay que ir en cada
momento de la ola. Así, les enseño a ser sus propios entrenadores. Yo antes les
sacaba fallos y trabajaba con el feedback.
Ahora lo hacemos grabando, y hay un punto de enseñanza mucho mejor, porque
empieza a haber más confianza, y es que si ellos me mienten no avanzan. Por lo
tanto, son reales y van contándome lo que van haciendo en cada ola. Es otra
manera de funcionar, pero lo cierto es que llevo dos años trabajando con
chavales nuevos y funciona. Estoy muy contento porque sigo haciendo lo que más
me gusta, y porque veo que hay otro método que el día de mañana puede servir.
¿En algún momento
pensó que todo el trabajo que había hecho se quedaría ahí? ¿Cómo afrontó la
situación?
-Es duro, porque
pensé que no podría volver a hacer lo que más me gusta. Además, fue muy duro
sentir el rechazo de los chavales. Pero, a la larga, empecé a darme cuenta de
que hay otro método. Para mí es algo muy grande seguir haciendo esto, y darme
cuenta de que hay otra vía de enseñanza. Me da una gran satisfacción ir a una
competición y que la gente me diga que los chavales han mejorado mucho. Al
principio fue duro, pero cada vez lo llevo mejor, porque veo que lo que estoy
haciendo sirve.
Ha publicado dos
libros: ‘Las olas contadas’ y ‘Querer es poder’, en los que muestra todos sus
conocimientos sobre surf. ¿Cómo ha sido la experiencia de transmitir todo lo
que sabe mediante un libro?
-Cuando me quedé
ciego todo el mundo me animó a plasmar todo lo que sabía en un libro. Así saqué Las olas contadas. Es una guía sobre el
surf básico, desde cómo ponerte de pie, cómo interpretar una playa, psicología,
alimentación... A la gente le gustó muchísimo, y muchos me decían que se les
había quedado corto. Por lo tanto, saqué el segundo:Querer es poder. En
él todo es más complicado y detallado, el nivel es mucho más alto. Eso sí, los
dos libros son como un manual, ya que en el surf no hay secretos, todo tiene
una lógica y un porqué. Está claro que sin el equipo con el que he contado no
sería posible, y estoy muy agradecido a todos ellos. Consuelo Carrere me ayudó
a escribir todo lo que yo tenía en mi cabeza. Elena Eiras le dio la parte
narrativa al libro y Alex Sanchez ilustró cada imagen a la perfección. He
intentado sacar todo lo que tenía en mi cabeza, y sin este maravilloso equipo
sería imposible. También quiero agradecer a Pukas, Ocean Earth, Carver,
anfora.net y la editorial Itxaropena, porque sin su ayuda todo esto no habría
sido posible.
Todavía sigue
entrando al agua y surfeando. ¿Qué sensación tuvo la primera vez que entró al
agua tras el accidente?
-Antes de entrar al
agua lo veía algo imposible, pero también el primer día que entré al agua con
una tabla de surf. Sin embargo, de repente, pasó una línea que me dió
información; por ejemplo, el sonido me decía dónde estaba la orilla. Ví que
había mucha información en relación a mi cuerpo. Al día siguiente me animé otra
vez: cogí la primera ola y me puse de pie. Desde entonces, ha habido muchos
cambios y ya soy capaz de coger olas más grandes. Además, antes pensaba más en
lo que debía de hacer que en disfrutar de la ola, y ahora, me siento súper
feliz en cada bajada o maniobra que hago. La felicidad es mucho mayor de lo que
cuento.
¿Qué proyectos tiene
para el futuro?
- Estoy con un
documental que se está montando en Sevilla, y también con un proyecto de
cómics, sobre un grupo de amigos surferos. Todavía no tengo fechas, pero
estamos trabajando en ello. Sigo sin parar, todo el rato intentando hacer cosas
nuevas, con ilusión y muchas ganas.
¿Qué consejo daría a
la gente que tiene alguna discapacidad?
- Mi consejo sería
que no dijeran a nada que no, decir a todo que sí. ¿A la montaña? ¿A bailar? A
todo que sí. Si dices que no te quedas solo en casa, y aunque es lo más fácil
que puedes hacer, también es lo peor. Sobre todo, quiero transmitir que si hay
un muro que no puedes pasar por la discapacidad, que sea el muro el que te
frene, no tu cabeza antes de probarlo o hacerlo. Y por supuesto, tengas la
discapacidad que tengas, hay que tirar para adelante.