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05 enero 2016

Un 2015 muy solidario

Arkaitz Erice y Javier Delgado posan en un bar de Lezo.NOTICIAS DE GIPUZKOA (2015-12-28)
Javier Delgado y Arkaitz Erice han sido dos de los nombres propios de 2015. Más allá de victorias o derrotas, o de un resultado concreto. Porque estos dos guipuzcoanos han dedicado sus esfuerzos deportivos a ayudar a gente necesitada. Concretamente a Jara Tomé, una niña irundarra que sufre una enfermedad ultra rara denominada SHUA (síndrome hemolítico urémico atípico), y a Markel Merino, un chaval lezotarra que sufre una severa parálisis cerebral. Tanto Javier como Arkaitz han logrado, a través de sus retos solidarios, no solo dinero. Hablan de implicación, de compromiso, de esperanza. De ilusión y de sonrisas. Todo ello mientras han dado a conocer dos historias de un chico y una chica que necesitan ayuda.


Javier Delgado se ha metido entre pecho y espalda miles de kilómetros nadando, en bici y corriendo, tanto de entrenamiento como de competición. Es un triatleta que disfruta con la larga distancia. Hasta cinco Ironman ha disputado, además de completar la subida al Pico Veleta -una carrera durísima de 50 kilómetros cuesta arriba- y organizar un maratón de spinning solidario en su Irun natal. Todo por echar una mano a Jara, una niña irundarra de 13 años que tiene SHUA, una enfermedad que apenas 150 personas tienen en el Estado. El dinero recaudado lo ha destinado a la investigación de esta enfermedad que obliga a una fuerte medicación a sus pacientes, lo que puede provocar a la larga problemas en diversos órganos. Arkaitz Erice, por su parte, se propuso recorrer junto a dos amigos el pasado mes de marzo 100 kilómetros por Oarsoaldea (salieron de noche y llegaron cuando comenzaba la carrera de montaña Lezo-Jaizkibel) para ayudar a la familia de Markel, además de organizar unas cuantas jornadas solidarias, la última este pasado sábado.

“En mi vida hubiera imaginado no solo la ayuda de la gente, sino su implicación con estas historias. La gente tiene ganas de ayudar. Estamos hartos de tanta crisis y tanta política. A mis hijos les inculco que ayudando te haces mejor persona. No solo es soltar diez euros, sino implicarse de más maneras. Claro que es un tema económico, pero no voy solo a eso, también es sentimental. El día que hice los 100 kilómetros lo viví a tope. Por todo, por la emoción, por la gente, por el esfuerzo que me supuso...”, comenta Arkaitz en presencia de Javi. Son amigos y comparten esa filosofía de vida. “Una cosa era conseguir dinero para Jara, que por supuesto era necesario para la investigación, y otra la difusión de la enfermedad. A día de hoy, soy el primer abrumado de toda la repercusión que ha tenido. He tenido muchísimo apoyo y miles de personas conocen a Jara y su enfermedad, y todo a través del deporte. Para mí ha sido mucho mayor la motivación para las carreras, la posición final es lo de menos. Hay gente que me dice que me intente clasificar para el Ironman de Hawai, pero no es algo que me motive. Me llena más lo que he hecho”. comenta Javier.

“Me quedo con que hayamos dado pie a esas familias a que tengan un pelín de esperanza. Con Markel, por ejemplo, hace dos años sus padres estaban hundidos. Creo que hemos hecho que disfruten más de la vida. Ahora a ver si sacamos dinero para una silla con la que el chaval se puede poner de pie”, cuenta Arkaitz, muy conocido en Lezo por su implicación en todo tipo de iniciativas y actividades, lo que ha ayudado a que el reto solidario de los 100 kilómetros tuviera un eco importante. Tanto él como Iván Angulo y Josu Andueza fueron recibidos como héroes unos minutos antes de darse la salida de la Lezo-Jaizkibel. Javier, por su parte, se ha sentido “abrumado” por la repercusión que ha tenido sus distintos retos a lo largo de 2015: “Pensé que era una historia que se iba a quedar en la comarca del Bidasoa y ha llegado a miles de personas, gracias también a las redes sociales, donde me he movido bastante. Allá donde he ido, la organización de cada carrera ha tratado de difundir mi historia, el apoyo ha sido increíble en todos lados”.

La guinda ha sido un reportaje en la revista Runner’s World junto a otros cuatro atletas con interesantes historias que contar. “Para mí es un gran premio que se hable de Jara en la revista de correr que más se vende en el mundo”, destaca: “Porque la verdadera protagonista de esta historia es ella, aunque yo haya sido su imagen. Me quedo con que sus padres han estado ilusionados con esta historia y que Jara, que es una niña tímida, ha ido sonriendo cada vez más con el paso del año”.

MÁS RETOS PARA 2016 Para Arkaitz y Javi, las carreras de larga distancia que suelen afrontar ellos son “como la vida”: “Hay momentos altos y bajos, pero te levantas”, destaca el lezotarra. “¿Los Ironman me preparan para la vida o al revés? Ambas”, dice por su parte el irundarra: “Mi fuerte en las carreras es la cabeza. La preparación y la alimentación es importante, pero igual más el tema psicológico. Yo lo trabajo mucho. A partir del kilómetro 20 de las maratones, que es el momento más duro de cualquier Ironman, suelo adelantar a bastante gente. Muchas veces salgo a entrenar solo pudiendo hacerlo en grupo porque así aprendo a sufrir de cara a las pruebas que disputo”.

Estos dos guipuzcoanos tienen muy claro que, tras la experiencia de este año que acaba, en 2016 seguirán aportando su granito de arena. “Este año me quedo con la sensación de que lo que hemos hecho ha servido, que no hemos perdido el tiempo, y mientras tenga fuerzas seguiré ayudando. El último fin de semana de mayo voy a correr 24 horas seguidas. Hemos pensado un circuito por Oarsoaldea, de 25 kilómetros más o menos. Saldré un viernes a las siete de la tarde y acabaré el sábado a la misma hora. Lo hago solo, aunque estaré en muchos momentos acompañado. Lo haré por Markel y por la asociación Juneren Hegoak. Y alguna sorpresa más habrá a lo largo del año. Algo tengo pensado. Para mí esto supone valores que van más allá de comprarte una casa o de tener dinero para ir a cenar por ahí. Mientras me queden fuerzas, seguiré ayudando”.

Javier Delgado, por su parte, tiene más retos en mente: “Mientras haya salud, seguiré ahí. Ahora cierro el ciclo de un año con Jara. Echando la vista atrás, veo que hemos conseguido que se sepa quién es Jara, su enfermedad... hemos logrado la implicación de mucha gente. Estoy buscando una asociación o una persona por la cual correr. Quiero una historia concreta, porque llega a más gente. Y a partir de ahí haré un calendario de pruebas, dependiendo de la economía. La inscripción en un Ironman es cara (entre 350 y 600 euros) y veremos qué hago. Tampoco se trata de ver quién hace más cosas, que si este hace 100 kilómetros yo voy a hacer 200. Se trata de ayudar, nada más”.